miércoles, 2 de marzo de 2011

Milton Navarro: 4U&4U2













Las sobras del arte
DOMINGO, 27 DE MARZO DE 2011 04:31
ROSELÍN R. ESPINOSA

El 11 de marzo se inauguró en la galería de la Universidad de la Artes 4U&4U2 de Milton Navarro, estudiante de dicha institución. La obra consistió en una fiesta donde, a modo de autoservicio, se brindaba carne asada y alcohol. El asador y demás utensilios se instalaron dentro de la galería y afuera quedó una computadora para auto-programar la música, que variaba desde reggaetón y norteña hasta progresivo y electrónica.
La obra –la fiesta- mientras se iba consumiendo a sí misma, subió de tono. Los participantes lanzaban las bebidas y restos de comida o las colgaban en las paredes, donde iban quedando figuras y palabras dibujadas con grasa y carbón. El baile, la euforia y los colores ocres azulados del humo creaban un ambiente tóxico y sugestivo.
¿Cuál es la conexión entre una fiesta ordinaria, una en la galería, una presentación de obra, una obra de arte y el arte mismo?, ¿por qué se nos presenta una fiesta como obra de arte?, ¿acaso el hecho de entrar en la galería ya le confiere ese valor?
Primeramente habría que cuestionar si existe alguna frontera formal para la presentación de una obra. A pesar de la incomodidad que tal partido pueda causar, la obra de arte hace alrededor de un siglo dejó de tener otros límites que no fueran los de la imaginación humana y la ética del artista. Lo que explica un hecho cotidiano como obra de arte es la intención de su autor y su propuesta. Y sólo a partir de ésta se pueden esbozar criterios.
Así, como idea general, la obra no presenta nada novedoso. Tenemos algunos referentes -que dan cuenta de lo anterior- en el arte contemporáneo. Una tendencia y un artista. A saber, el Eatart -que experimenta con la comida y el consumo- y el artista Rirkrit Tiravanija quien ofreció un banquete -como obra- en 1990 y posteriormente una carne asada en un espacio público, en 2010, dentro de la Muestra Internacional de Arte Contemporáneo de Córdoba. En ambas ocasiones como ocurre con 4U&4U2, las (s) obras del arte y la celebración quedaron expuestas en la galería como evidencia.
Lo que nos interpela en este caso particular son otras facetas de la obra: el suceso por una parte y la fiesta como arte por otro. Lo extraordinario del tipo de experiencia propia del happening le da un carácter único. Se presenta un escenario pero la reacción participativa del público en cuestión y su forma de resignificar el espacio lo completan y es su foco central, por lo que cada puesta es nueva, en ese sentido. En la medida en que la participación condiciona la obra, se generan vivencias irrepetibles que alteran el orden de lo preestablecido a partir de recursos de descontextualización y deslocación.
La obra subraya la cuestión del uso predeterminado de ciertos espacios: en una galería se presentan “obras de arte” (lo que cada cual entienda por esto), mientras que la fiesta se da en otros facetas de la vida cotidiana. Una fiesta en galería es un hecho improbable en estos términos; a pesar de que -como ya se comentó- no es una idea original, pues ya se ha realizado.

Así, quedan frustradas las expectativas de obra del espectador. Se retarda una experiencia estética deseada y se le induce estados de ánimo que desarticulan su sistema de pensamiento al entrar. Este hecho, por sí sólo, es relevante en términos artísticos.
Por otra parte están los motores de tal iniciativa ¿Acaso no se estará retomando de un modo fácil e inmediato la actitud anarquista de los setenta de intervenir o desacralizar la galería? También está el tema de la diversión: incluso el más incauto que por allí pasara se incorporó a la escena. La fiesta por la fiesta, el arte viene sobrando en estos casos. Ello conlleva varias implicaciones: sensacionalismo mórbido en un extremo y apertura en la concepción del arte de los participantes, en el otro, teniendo en cuenta el contexto local.
De esta parte rescato la experiencia de participar en el evento y el extrañamiento que causó. Así, como menciona Hans-Georg Gadamer, al relacionar el arte con la fiesta, ésta “sólo tiene sentido para los que participan en ella” y aquí les dejo un recuento. Por lo demás, ya sea como mero espectáculo, rebeldía ingenua o suceso artístico –que finalmente es valoración del lector- como fiesta estuvo divertida.
Arte y Crítica es una columna colectiva de los alumnos de Ciencias del Arte y Gestión Cultural de la Universidad Autónoma de Aguascalientes




Tomado de:





http://www.lja.mx/opinion/roselin-r-espinosa/2230-las-sobras-del-arte

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