Licenciatura en Artes Visuales ICA: Milton Navarro // Semblanza y Obra

Semblanza Curricular

Milton Navarro (Ags. 1979) Estudió la carrera de Artes Visuales intermitentemente en el Instituto Allende, en la Universidad de Guanajuato y en la Universidad de las Artes de Aguascalientes. Su producción transita de manera indistinta por la pintura, la fotografía, la escultura, los objetos, las acciones y el sonido. Trabaja principalmente con la fragmentación, el caos, el signo y el azar. Tiene en su haber 4 exposiciones individuales y más de 40 exposiciones colectivas a nivel nacional. Se le han otorgado dos veces la beca de Jóvenes Creadores por parte del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en los estados de Guanajuato y Aguascalientes respectivamente. Ha recibido menciones honoríficas en el XXVIII Encuentro Nacional de Arte Joven, en la 4° Bienal Enrique Guzmán en el estado de Aguascalientes, y en el III Concurso Nacional Universitario de Arte en Puebla. Obtuvo el Premio en el VIII Festival de Arte Contemporáneo en León, Gto. Sus obras son parte del Acervo tanto del Instituto Cultural de Aguascalientes como el de Guanajuato.

Milton Navarro: Naturaleza del organismo sobresaturado.

Si describimos su método, lo suyo es el lenguaje de lo vivo. Milton experimenta el comportamiento plástico de materiales industriales evidenciando el flujo poético en la tensión de la materia, su deformación y elasticidad continua; recae en su método con el rigor de lo excesivo, como miembro desbordado en dominar su lenguaje sobresaturado -temperamento que le orilla siempre a espesar ese blando lenguaje claro del que habla-. Sus espacios de experimentación se vuelven composiciones inseminadas y lo que nace como “obra plástica”, incluso como “escultura”, pronto emerge en mejor posición como organismo, entonces hablamos ya de la obra como sujeto, puesto que sus organismos habitan cada uno su propio espíritu.

Habiéndose despojado de su generador, estos organismos sintéticos se aglutinan en plastas que no teniendo ningún sentido van hacia todos lados, con una velocidad densa hasta el empalme del empalme de la conciencia. Para el receptor, queda el estrago de la masa, deglución como remedio, nutrir lo insano, palabras aglomeradas. Y en otros, aversión al estado corrosivo, mientras que cada obra, cada vez más ensanchada de microorganismos mantiene la ilusión de poseer un interior, por inercia o por lógica de empalmamiento querremos saber qué oculta, hasta que la autopsia nos revele la plasta primigenia. El juego es una trampa el estado real es la fuerza de sostenerse en un estado anormal.

Alina Ramírez